Este es un espacio sagrado para recordar lo olvidado:
que la primera sangre de una niña es semilla, una puerta de poder que merece ser celebrada con amor, respeto y belleza.
Aquí aprenderás a convertirte en Guardiana: la que protege, sostiene, guía y honra.
La que siembra en cada niña la certeza de que su cuerpo es sagrado, de que su sangre es medicina, de que su linaje es la raíz viva que la sostiene.
En cada ritual que compartas, estarás tejiendo un hilo invisible entre la niña que acompañas, tu propia niña interior y las ancestras que custodian tu caminar.
Estarás sanando memorias, resignificando tu historia, y devolviendo a la humanidad un legado que nunca debió perderse.
Este círculo es un altar donde ofrendamos nuestro compromiso:
que ninguna niña vuelva a sentir vergüenza por su sangre,
que ninguna mujer crezca desconectada de su poder creador,
que ninguna memoria de dolor quede sin ser abrazada.
Porque en cada primera luna está contenido un misterio ancestral: es el instante en que la niña cruza el umbral hacia su poder creador, hacia la capacidad de dar vida, de nutrir, de gestar sueños.
Y la forma en que sea recibido ese instante marcará para siempre la manera en que viva su feminidad, su cuerpo y sus ciclos.
Hacer esta formación es elegir ser parte de la revolución silenciosa y profunda de mujeres que quieren cambiar la historia desde la raíz.
Es entender que, al acompañar a una niña en su menarca, no solo la estás guiando a ella, sino que también estás sanando tu propia niña interior, resignificando las memorias de tu primer sangrado.
Es elegir ser un canal de memoria ancestral, recuperar un legado femenino que fue silenciado y devolverle al linaje de mujeres la dignidad de celebrar su sangre, su cuerpo y su capacidad creadora.
Al convertirte en Guardiana de la Primera Luna, te vuelves sembradora de un futuro distinto:
Un futuro en el que las niñas crezcan seguras de sí mismas, orgullosas de su naturaleza, honrando su sangre como medicina.
Un futuro en el que los ritos de paso vuelvan a ser puentes entre generaciones, hilos de memoria que tejen comunidad y sostienen a las mujeres en todas sus etapas.
Un futuro en el que tú misma puedas reconocerte como mujer medicina, protectora de lo sagrado, madre espiritual de nuevas generaciones.
Cómo trabajamos en éste curso
